viernes, 27 de febrero de 2015

«Reflexiones sobre el sonido en el cine» por Isabel Arquero en Détour

En el último número de la revista de cine Détour, titulado Pa(i)sajes, Isabel Arquero publica un artículo reflexionando sobre el sonido en el cine:

El cine nunca fue silencioso. 
Existen ya a principios del siglo XX testimonios que analizan la calidad de los sonidos utilizados en la salas de proyección. Su “realismo”. Su sincronización con la imagen. La procedencia de estos sonidos era diversa: un narrador leyendo intertítulos o brindando aclaraciones sobre las imágenes. Un piano. Una pequeña banda de música. En grandes ciudades, orquestas. Incluso, compañías especializadas en la “sincronización” en vivo de las imágenes a través de atrezzo u órganos de sonido que imitaban bocinas de automóviles y campanas, y actores situados detrás de la pantalla que declamaban lo articulado por las bocas de quienes eran proyectados en ella…


Artículo completo: «Reflexiones sobre el sonido en el cine», Isabel Arquero en Détour.

Vía mediateletipos.

lunes, 23 de febrero de 2015

Paseo acústico en Vallvidrera

El sábado 14 de febrero quedamos para el tercer paseo acústico tras el World Listening Day y el paseo por la ribera del Ter entre Manlleu y Roda de Ter. Es el correspondiente al invierno, cuando el frío más duro de las semanas atrás ya ha pasado.
A las 9 de la mañana nos encontramos en la entrada a los Ferrocarrils de la Generalitat en Pl. Catalunya Pedro y yo. Me informa que Byron y Marc no pueden venir por trabajos de última hora. Después de esperar un rato por si se incorporaba alguien a última hora, mientras oíamos de fondo un grupo de caminantes que parecía dirigirse al mismo destino y demás sonidos propios del lugar, cogemos el tren hasta Baixador de Vallvidrera, donde volvemos a esperar hasta las 10, de nuevo por si se presentaba alguna de las personas que había mostrado interés. Parece ser que tendremos que hacer salidas más frecuentemente y variar algo más el día de la semana. Incluso, yo propongo hacer una muy matinal o nocturna para el verano, inspirado por este vídeo

Solos y preparados nos ponemos en marcha siguiendo la guía que llevaba Pedro y algunas de las señalizaciones que había por el lugar. Por el Camí del Pantà llegamos al Camí del Cama Sec, donde tras confirmarnos una vecina del lugar que seguíamos la ruta correcta Pedro encuentra un lugar en el que instalar su micrófono durante un rato, en la salida de una antigua mina. En mi caso, decido buscar en los alrededores, situándome primero en un lado del camino y después en el otro, en ambos casos en posiciones elevadas, procurando captar un espacio sonoro amplio. Aquí podremos escuchar los distintos paseantes del lugar, las bicicletas que llevaban algunos, las aves cercanas y algunos motores, pertenecientes a motosierras, diferentes vehículos e incluso un avión.
Tras un rato grabando continuamos el recorrido, escuchando y observando las aves y caminantes que nos encontramos por el camino. Mientras avanzamos, también comentamos las condiciones de escucha y grabación y cómo poder hacer para captar mejor los distintos ambientes sonoros. Descartamos parar en el pantano por ahora, pues ya hay un grupo de gente en torno a él que nos dificultaría hacer una escucha atenta en condiciones. Subimos por un pequeño camino entre los árboles hasta llegar a una explanada desde donde se puede escuchar un característico y potente canto de un ave situada en los alrededores. Nos instalamos dispuestos a registrar este canto inmerso en el entorno sonoro del lugar, similar al anterior por algunas voces de caminantes y algunos motores lejanos, además de las aves.
Después reemprendemos la marcha por los caminos de la zona, primetro por el Carrer de Can Llevallol que nos lleva más tarde al Camí del Pebràs. En sus cercanías buscamos espacios sonoros que aporten algo nuevo más allá del ambiente típico del rural que nos encontramos hasta el momento. Al final, tras salirnos de las vías principales, caminando por el monte, aprovechamos las hojas caídas de los árboles para grabar nuestros pasos. Entonces encontramos un lugar desde donde podemos oír el paso del tren, y unas personas trabajando, con las principales sonoridades de los golpes de un martillo que suena todo el rato y de diferentes sierras, además de una campana, algo de tráfico lejano y las omnipresentes aves -a pesar de que se hacen cada vez menos presentes conforme la mañana va pasando, como notamos posteriormente durante la conversación-.
También discurriremos acerca de que buena parte del último paisaje sonoro captado tiene un alto grado de atemporalidad, pudiendo haber sido producido siglos atrás. Ello, habiento comentado antes que aislarse completamente de los sonidos posteriores a la revolución industrial (también una revolución sonora, como se desprende de la división en partes del libro de Murray Schafer) -en este caso tráfico lejano, trenes y motosierras- es de una gran dificultad, especialmente en un entorno tan cercano a Barcelona. Decidimos regresar para probar lugares en los que no nos hemos parado o nuevas escuchas. Por ejemplo, decidimos poner nuestras grabadoras en una curva, la mía en el lado interior, la de Pedro en el exterior, para recoger la doble perspectiva sonora del paso de las bicicletas por el punto. Como "observadores sonoros", formamos parte del espacio y por tanto generamos interferencias, lo que se traduce en los comentarios expresados por algunos de los protagonistas de esta y de otras grabaciones.
Mientras caminamos, además de comentar las grabaciones, escuchas y sonidos, también hablamos de posibles proyectos y de qué hacer con los sonidos. Pedro me aporta su experiencia sobre el paisaje sonoro para mis ideas locas que habrán de salir del subsuelo urbano de Barcelona. En general, nos planteamos que también se puedan organizar talleres de creación musical aparte de las salidas, en los que se intente aprovechar las grabaciones para crear alguna obra sonora.
Finalmente, al paso por el pantano invadido por una muchedumbre de críos, Pedro hace una de sus últimas grabaciones, mientras yo intento usar el hidrófono; pero en el pantano sólo se movían unos patos lejanos que no se acercaban lo suficiente, de manera que sólo se oía silencio. Luego nos tropezaremos con un jabalí del que se desprenderá otra grabación fallida. Los otros paseantes siguen curioseando; preguntan por los micrófonos y grabadoras. Cogemos el tren de regreso. Próxima salida: primavera 2015. Con ella completamos el ciclo. La siguiente es previsible que vuelva a ser el World Listening Day (18 de julio). Esperamos estar, con buena acústica y sintonía.

jueves, 19 de febrero de 2015

Del diseño acústico de los espacios.


  • De los espacios interiores
    • Un texto de hace unos meses: Enmascaramiento por ruido sin amplificación
      Agradezco mucho a Jesús Velasco por desvelarnos en el siguiente post, un restaurante de Lisboa, donde se puede hablar sin escuchar a las mesas vecinas, gracias al enmascaramiento a través de una gran fuente de agua.
      Los sistemas de enmascaramiento por ruido (noise masking) tal y como los conocemos, surgieron en la década de los 60 en las oficinas abiertas (como la que aparece en la película “El Apartamento”) con el objetivo de que el sonido creado por un trabajador en su puesto no molestase a los que se situaban a su alrededor, introduciendo un ruido aleatorio, continuo y de bajo nivel en toda la oficina a través de altavoces colocados en el techo que enmascarara, ocultara o tapara el sonido producido por esas fuentes de ruido puntuales.
      Existe un recinto en Lisboa que utiliza esta técnica de enmascaramiento aunque lo más probable es que el interiorista que diseñó la restauración de un almacén del siglo XIX de ladrillo y cerchas de hierro fundido con techo a dos aguas situado en la orilla derecha de la desembocadura del Tajo para convertirlo en el restaurante Kais, no pensase en ello cuando colocó una “cascada” de tres metros de altura y seis de ancho como separación entre la entrada y el resto de los espacios del restaurante
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    • Un texto reciente: The Photoshop of Sound
      On a recent visit to Oliveto, a nouvelle Italian restaurant in the Rockridge neighborhood of Oakland, California, I paid attention less to the food than to the sound. I was at a table of six, in the restaurant’s upstairs section. It was a Friday night, and by the middle of the meal the room was crowded. Conditions were primed for restaurant cacophony: that inexorable crescendo of talking, barking, cackling, and clanking, which threatens to drown out any conversation and prompts diners to shout at one another, adding to the din. On this night, though, I found myself able to tune out the noise and hear only what I wanted to hear. When someone at a nearby table began guffawing at his own jokes, I could still follow the remarks of the calm-voiced man sitting next to me. Friends on the other side of the table spoke across the breadbasket without having to raise their voices. Although we were aware of a general buzz, it all happened at a comfortable distance. It was two hours of acoustical paradise.
      The effect was premeditated. The man sitting next to me, a vaguely wizard-like seventy-one-year-old with a Tolstoyan beard, was the audio engineer John Meyer. With him was Helen Meyer, his wife; together, they are the proprietors of Meyer Sound Laboratories, which is based in Berkeley. They manufacture a range of high-end audio products, but they are particularly noted for their ability to enhance, through electronic means, the acoustic of an extant hall or space. When Oliveto underwent a renovation, last year, the owners called upon the Meyers to design a more conversation-friendly setting. The apparatus that the Meyers installed includes a version of the company’s Constellation system, which employs microphones, a digital-audio platform, and loudspeakers to sample the noise of a room, modify it, and send it back out in altered form. The walls of the seating area are outfitted with what the Meyers call the Libra system: sound-absorbing panels that have an attractive façade, in this case images of olive groves by the Berkeley photographer Deborah O’Grady. Concealed in a back room is the system’s digital processor, which can be controlled with a tablet
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  • De espacios exteriores. Una novedad para un futuro próximo: La ciudad busca su diseño en el sonido.
    Por qué no enmascarar el sonido que origina el tráfico en una avenida con el que genera el agua de las fuentes? ¿Por qué no diseñar el retranqueo de nuevos edificios en construcción de una manera tal que rebote el sonido y no moleste? ¿Por qué no hacer más armónicos los ruidos de una ciudad y pasar de considerarlos un residuo eliminable a tratarlo como un recurso? Es lo que pretende el proyecto 'Holistic City Soundscapes', que dirige el profesor de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón y coordinador del grupo I3G, Javier Suárez Quirós, y que acaba de recibir financiación del IUTA (Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias).
    El objetivo principal de este trabajo, que se realiza con la colaboración del fonografista Juanjo Palacios, y en el que se pretende ir involucrando a otros investigadores y alumnos de la EPI, es conseguir un método innovador, en clave 'smart city', para medir el paisaje sonoro urbano, incorporando las percepciones y sensaciones humanas. De esta manera, se lograría sustituir los actuales mapas de ruido que únicamente tienen en cuenta el nivel de presión, por un «atlas sonoro» capaz de establecer una relación más cercana entre sonido y ciudad. «Se proporcionaría a los ciudadanos una mayor información sobre la ciudad en la que viven, dando así un elemento más para la reflexión pública sobre el modelo de ciudad que se desea», señala el profesor Suárez Quirós en la memoria del proyecto
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lunes, 9 de febrero de 2015

De los paseos sonoros

Acabo de leer un interesante texto  que enfoca el paseo sonoro como un proceso en que se interrelacionan movimiento y memoria. Es el siguiente: MOVEMENT, MEMORY & THE SENSES IN SOUNDSCAPE STUDIES

El audio que hay a continuación es un paseo sonoro semi-aleatorio que grabé hace unos meses con motivo de la llamada Fracture Mob, una experiencia que pude realizar parcialmente y que sugiere numerosos esquemas para paseos sonoros posibles:

domingo, 8 de febrero de 2015

A History of Sound Art


A History of Sound Art from sound assassin on Vimeo.

Work by J. Milo Taylor

Surrounded by Soundscapes: Charles Amirkhanian, Bernie Krause, Walter Murch





Interesantísima conversación entre el compositor Charles Amirkhanian, el "ecologista sonoro" Bernie Krause y el diseñador y editor de sonido para cine Walter Murch, entorno al sonido y sus cualidades espacio-temporales. En particular, cabe destacar las referencias al cine y la comparación entre las capacidades auditivas y visuales del ser humano. Las anécdotas no por ello son menos destacables, al contrario tienen mucho valor, como por ejemplo las cualidades de la mantis marina.
Precisamente este pequeño animal produce un fenómeno curioso relatado aquí: